jueves, 28 de julio de 2011

Mendoza y la bici. ¿Por qué sí?

Mendoza junto a otras tantas ciudades del mundo se enfrenta a uno de los tantos grandes desafíos que tenemos hoy a comienzo del siglo 21. Cómo mover a miles de personas todos los días que ingresan, se mueven y salen de la ciudad. Hace unos 70 u 80 años las ciudades se enfrentaban al desafió de adaptar los caminos y rutas a los nuevos vehículos motorizados que ganaban popularidad día tras días. Hoy nos volvemos a enfrentar a otro gran desafío. Quizás mucho mayor. ¿Qué hacer con tantos autos en la ciudad, qué hacer frente a la falta de combustibles y al incremente del precio de los mismos? ¿Qué hacer con la contaminación ambiental y sonora que producen los autos y micros en la ciudad? ¿Qué hacer para que las ciudades sigan siendo habitables y saludables?
Hoy los mendocinos tenemos la gran oportunidad de poner a Mendoza una vez más al frente en lo que refiere al progreso e innovación. Alguna vez fuimos la ciudad más limpia del país, hoy lamentablemente no lo somos más, pero podemos volver a ser símbolo de limpieza y de cuidado del medio ambiente. Estoy convencido que nuestra gran oportunidad reside en la bicicleta. Sí, oyó bien, en la bicicleta. Este medio de transporte es la gran solución a nuestras arterias congestionadas que lo único que producen además de contaminación es que lleguemos a casa con los nervios de punta y de mal humor. La bicicleta significa menos tráfico vehicular, significa salud y aire puro, significa calidad de vida en la ciudad.
Muchos pensarán que este es un intento de solucionar el problema desde una manera tercermundista y que lo que necesita Mendoza es de mejores autopistas y quizás alguna circunvalación bien diseñada. Lo cierto es que muchos países desarrollados han comprendido que hay que desalentar el uso del auto y darle paso al uso de la bicicleta. Es conocido mundialmente el ejemplo de Ámsterdam, pero esta ciudad no es la única. Ciudades como Vancouver, Montreal y París están haciendo lo posible y lo imposible para que la gente se “anime” al uso de la bicicleta. Un ejemplo concreto es Vancouver en dónde se han ido cerrando carriles a los autos en las principales avenidas de la ciudad para convertirlas en bici sendas. Hoy sin importar la hora del día o si llueva, estás bici sendas están llenas de ciclistas todo los días. Montreal también ha desarrollado un sistema de alquiler de bicicletas mundialmente conocido. Las Bixi-Bikes han resultado ser un éxito de exportación a varias ciudades del mundo.
Otro ejemplo interesante y más cercano es el de Bogotá, Colombia. Hace 35 años gracias a la idea de un alcalde se viene promoviendo el uso de la bicicleta en la ciudad. El resultado: se puede ver hasta 1,5 millones de personas en bicicletas recurriendo sus 118 km de camino.
Que Mendoza sea una ciudad limpia y que provea buena calidad de vida a sus habitantes es posible. Depende de todos y especialmente de que las autoridades gobernantes se animen a dar pasos serios y concretos en políticas de salud y medio ambiente. Si nos animamos seguro que nos irá a todos mucho mejor.